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Llegó la hora de la partida, tus sueños están quedando atrás, en días lluviosos tu espíritu se desvía al lugar de tus soledades tormentosas y los deseos quedan atrapados en los rincones oscuros de tu corazón. Yo aquí, mirándote, sin tocarte, sin hablar, mis manos quisieran agarrarte, quisiera ayudarte, pero esta vez no, necesitas buscar tu rumbo, necesitas transitar entre el recuerdo y las cosas vividas para poder entender y asi repares poco a poco tu ser, encuentres la tranquilidad y la fe extraviada, te aferres a eso, renazcas entre las sombras, seas feliz… A mi me toca solo esperar, la paz que siente mi alma me lo permite, seguiré por mi camino, entre alegrías, nostalgias y amores aunque con la cercanía, mi confianza en tu lucha y algunos de mis pensamientos sobre ti, sin que tu me veas ni me sientas... Debemos separarnos, ahora de verdad, sin tristezas ni dependencias de mi parte, esta vez no puedo consentir que este río revuelto en que se ha convertido tu ser, remueva o maltrate el amor y el cariño que se resguardan en mi corazón y que son tuyos, se perturbe mi alma y mis energías se disipen dejándome debilitada, es hora de andar, cada estación renovará nuestras almas y nos conducirá a la evolución y a la madurez, ya nuestros caminos se cruzarán como sucedió en el pasado pero con la diferencia de nuevas experiencias y la claridad adquirida en este recorrido necesario, puedo jurar que a la final, nos burlaremos de las cosas de la vida…