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27 de mayo de 2014

Lee, Léeme...

Lee, Léeme...
Comienza con cada letra, con cada palabra
Léeme con tu pasión desbordada
Léeme como si fuera tu género favorito
Lee mis pensamientos impuros sobre ti
Lee mis curvas pronunciadas y desboca en mi piel
Léeme...












Lee mis ojos color avellana y dilata mis pupilas de excitación
Lee mis miradas y condúcelas lentamente hacia ti
Lee sin prisa, léeme sin pausa
Lee mis dedos que juegan en tu ombligo
Léeme,
Lee mis ganas de amanecer en tu regazo
Léeme,
Lee sin dificultad sobre mí,

Léeme...

Que aquí junto a ti...
Esta historia no tiene fin...

Ah vaina ¡Carajo!

Ah vaina ¡Carajo!
Con un misterio de esos pocos descubiertos, la mirada intensa, la vida transformada

Ah vaina ¡carajo!

Ya mis tiempos son otros
Ya mi vida es otra
Porque no se puede mezclar
Y salir bien librado
La confianza es tan preciada
Pero al mismo tiempo un asco
Ya no puedo complacer
Ya no quiero
No se debe confundir
Tu etapa ya no es la mía

Ah vaina ¡carajo!

Aprender que esta puta vida
No es lo que quieres que los demás sean
Por eso, estoy aquí, ya lo aprendí
Cuando ya vas, yo vengo dos veces
Es lo que puedo decir
Más allá del sentimiento

Ah vaina ¡carajo!

No se debe tentar esta paciencia
Que se desaparece
Como huellas en la arena
Recorre mis letras
Y desde la distancia observa
No es la forma del asunto

Ah vaina ¡carajo!

…es el fondo de tu querer...


13 de febrero de 2014

Música, amor infinito

Maravillosa presencia,
canciones que van al son de esta felicidad,
oxigeno de ese aire de amor producido en este tiempo,
donde se unieron las almas
¡Qué genial es poder contar con ese impulso!
Ingrediente especial de una sonrisa involuntaria
cuando la mente viaja al pasado,
haciendo el recuento de una historia,
generando emociones intensas y diferentes.
Dios es testigo fiel
y se coloca en las oraciones de aquellos
que desean mantener viva la llama
cada vez que la música llega al corazón,
invocando letras hermosas.
La musa, inspiración de una mejor vida,
amores perfectos, en el tiempo y sitio indicado,

magistral momento de luz…

Realidad Etílica

El alcohol recorre la sangre, provocando tempestades emocionales, como un volcán a punto de estallar, estas hormonas locas y desbocadas en busca de satisfacer el impulso de sentir. Pezones erectos, piel de gallina, terreno preparado para este tembloroso encuentro con necesidad del roce de pieles calientes.

Vista nublada, mente creativa y liberal, no hay límites de tiempo ni de ideas cuando el cruce de miradas les hace saber que se conocen de antes, se reconocen sensaciones pasadas, vuelos eróticos al pasado, esos dedos exploradores y fanáticos, fundidos en pasiones desgatadas, esta vez, la diferencia se acompaña con un suave aliento etílico que hacen olvidar esos encuentros de lujuria dolorosa y deshonrosa.

Fuente: Google