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13 de febrero de 2014

Realidad Etílica

El alcohol recorre la sangre, provocando tempestades emocionales, como un volcán a punto de estallar, estas hormonas locas y desbocadas en busca de satisfacer el impulso de sentir. Pezones erectos, piel de gallina, terreno preparado para este tembloroso encuentro con necesidad del roce de pieles calientes.

Vista nublada, mente creativa y liberal, no hay límites de tiempo ni de ideas cuando el cruce de miradas les hace saber que se conocen de antes, se reconocen sensaciones pasadas, vuelos eróticos al pasado, esos dedos exploradores y fanáticos, fundidos en pasiones desgatadas, esta vez, la diferencia se acompaña con un suave aliento etílico que hacen olvidar esos encuentros de lujuria dolorosa y deshonrosa.

Fuente: Google

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