Eres mujer, solo que en tu certificado de nacimiento te etiquetan de masculino, no lo se, solo caminas pocos metros, entre esquina y esquina, con altos tacones, erguida, con las esperanzas perdidas, tu cuerpo moldeas con fines lucrativos, es tu herramienta, la vestimenta que te cubre es diminuta, dueña de la noche, de la madrugada, te sientes propietaria de esos márgenes de ciudad en las que trabajas el placer, los apetitos carnales de tus visitantes, pisas firme con tus grandes plataformas resonando el pavimento, no estas en las horas de las ilusiones, de los sueños, no existen, las circunstancias te llevaron a recrear el morbo de otros o tal vez sin ninguna presión te entregaste sin pensar en consecuencias.
Te sometes al abuso y al maltrato de muchos, ya no piensas en eso, te inmunizas ante la desidia, las burlas no hacen más profundo las marcas de tu alma, es parte ya del oficio, es parte de la vida misma, propensa al peligro, te absorbes en la oscuridad de la ciudad, princesa del erotismo, no puedes escoger, solo tienes que ser escogida para obtener lo que buscas cada noche, eres ese ser con la vida olvidada en algún lugar con los residuos en tu cuerpo de los deseos saciados de otros…